Estamos en la tercera semana del mes de julio después de dos olas de calor. Alentados por la app metereológica de turno decidimos ir a visitar tres zonas ya conocidas. Aunque el día empieza nublado, la gorra, gafas de sol y crema solar son necesarias

Para mí, es la primera vez que voy con una cámara prestada y de buena calidad, hasta ahora siempre iba con mis prismáticos.
El Remolar
El primer lugar que decidimos visitar es el Remolar. Esta zona tiene dos miradores interesantes para ver aves y el antiguo camping «Toro Bravo» para pasear, también es posible ir a la playa con y sin bañador.
Dejamos el coche en uno de los miles de parkings que tiene abandonados AENA porque en esta época de año hay una barrera que impide ir hasta el centro de control de visitantes, y por lo tanto, nos toca darnos una caminata muy agradable en otras estaciones, pero que en verano se hace pesada.

El primer punto de observación al que nos vamos es el «Mirador de la Marisma». Comprobamos que no hay agua, y evidentemente tampoco pájaros (la foto de Google corresponde a una época hay bastante agua en el parque). Este año es extremadamente caluroso y seco. Decidimos ir al «Mirador de la Bassa dels Pollancres», pero podemos permitirnos perder el tiempo y nos entretenemos fotografiando lagartijas, mariposas, libélulas y cualquier cosa que se mueva.

La Bassa dels pollancres
Al entrar en la caseta vemos que sí hay agua, y unas pocas aves. Abundan los descarados patos que de vez en cuando se pelean por la comida, además tienen toda la zona por la que se mueven de un color más oscuro que le da la apariencia de un lodazal. El resto de aves están detrás de los juncos, escondidas o discutiendo algún tema comunitario.

A medida que transcurre el tiempo, llegan grupos de aves a la reunión, entre las que destaca la más alta, una garza real. Que recuerde, se quedó inmóvil durante todo el tiempo hasta que nos fuimos.



A demás, en el estanque pudimos observar otros invitados que prefieren ir más ir por libres y desentenderse de lo que hacen otras especies.


Bassa de Can Dimoni

La Bassa de Can Dimoni es una balsa de agua que está entre los campos del delta del Llobregat bastante alejado del mar y del rio. Si no conoces bien el camino, lo mejor es utilizar el GPS, ya que es muy fácil equivocarse y perderse por los campos debido a que no hay señalizaciones fiables, o perderse por el laberinto de carreteras que han construido entre la Administración y AENA alrededor del aeropuerto, o bien, también te puedes perder por el exceso de señalizaciones que no te llevan a ninguna parte, excepto a Barcelona, la T1 o la T2.
No se entiende, para qué construir tantas carreteras si para ir al aeropuerto sólo hay una única manera de entrar y de salir. Y como te equivoques tardas más de una cuarto de hora en rectificar.
Esta bassa mantiene el nivel de agua bastante estable y suele haber algunos patos y poco más. La Bassa se puede bordear a pie por uno de los laterales, pero no se puede llegar al final porque los forestales han puesto una valla. Así que, el único sitio cómodo (excepto por las moscas) es junto al parking, en el mirador. Desde allí pudimos ver unos patos desfilar y otros que es esforzaban para comer. También sorprende ver lo bien que se camuflan entre las cañas secas.



Un poquito más tarde llega una garza.


Y por último, otra garza se situa en la copa de un árbol. Le cuesta estacionar, pero al final lo consigue. Cuando nos fuimos continuaba en la copa del árbol.

Aiguat del Cal Tet
Como todavía es un poco pronto para ir a comer, y a pesar de la solana que nos está cayendo encima, decidimos ir a probar suerte en la zona de la desembocadura del del rio Llobregat.

Este paraje natural es como la quinta parte de lo que ocupa el aeropuerto (me refiero a las pistas) y el doble de lo que ocupa la desaladora y depuradora de aguas residuales que hay justo al otro lado del rio.
A falta de pájaros, uno de los atractivos es ver cómo aterrizan los aviones que pasan a unos escasos metros, justo por encima. Los hay de todos los tamaños, modelos, compañías aéreas, y pasan de tres en tres minutos.




Mientras caminamos hacia el aiguat vemos que los prados también están muy secos, pero todavía hay pequeños pájaros (gaviotas) buscando comida, y unas sufridas ovejas sin esquilar.



Cuando llegamos al «Mirador de l’aiguat de Cal Tet», vemos que aunque hay agua, no hay ni un sólo pájaro.

Más o menos a las 13:30, me bebo las pocas gotas de agua que quedan en mi cantimplora y empiezo a pensar en que ya es la hora de buscar un lugar para comer.
Pero…. sorprendentemente, todavía hay quien confía en hacer una buena foto a algún insecto, mariposa, libélula o lo que sea.

MAJ & JAJ
Una respuesta a “Baix Llobregat: Remolar, Can Dimoni y Aiguat de Cal Tet en julio del 2023”
[…] El día 27 quedamos para hacer una vista a los humedales del Delta de Llobregat Miguel Ángel, Nico (que dejaba de lado sus prismáticos y se concentraba en una cámara para inmortalizar los momentos memorables) y yo mismo. Éste es el resultado de la visita a ojos de Nico. […]